Quiénes somos

Muebles Vallés fue fundada por Antonio Vallés Devesa. La empresa nació en Teulada en el año 1942, en plena posguerra civil española.

De regreso a Teulada después de su licenciamiento militar, Antonio estableció su propio taller de carpintería y muebles en la planta baja de la casa de sus padres, situada en la actual calle Calvo Sotelo, 37, en el Raval. El primer oficial que tuvo fue su hermano Vicente, 13 años más joven que él. Durante este difícil periodo, con numerosas carencias, resultaba muy complicado trabajar, dado que no disponían de maquinaria adecuada para desempeñar el oficio.

Adquirían la materia prima, la madera, en Dénia. Llegaba a Teulada en tren y desde la estación era trasladada al taller en carro. Una vez recibía los encargos de los clientes para que les fabricara los muebles, Antonio preparaba el presupuesto y si era aceptado, la norma es que se pagara la mitad por adelantado y la otra mitad a la entrega de los muebles ya montados en la casa. Esta primera entrega en efectivo permitía comprar la madera y demás materias primas, ya que Antonio no disponía de capital propio.

Elegidos modelos y medidas, seleccionaba la madera necesaria y la transportaba en carro o coche a un taller de Benissa donde sí tenían la maquinaria necesaria para trabajarla. Allí tenía lugar el proceso denominado “sacar de máquinas” y terminado el trabajo, volvía al taller del “Raval” de Teulada para fabricar los muebles encargados hasta acabarlos con el pulimento. Una vez transportados a casa del cliente, montados y terminados, éste abonaba la mitad restante. De esta forma, con mucho sufrimiento y esfuerzo, el taller de muebles fue saliendo adelante.

Antonio se casó a finales de 1943 con María Oller Bañuls y tuvieron dos hijos, Vicente y Rosa, quienes, nunca mejor dicho, “nacieron entre muebles”, pues muy jovencitos y debido a las carencias que había, se involucraron en la empresa familiar.

Por herencia de sus padres, María aportó un solar en la calle Colón, 47, en la actualidad Maestro Mulet Borrell y sede de Cruz Roja. Antonio, emprendedor y con visión de futuro, con jornadas de trabajo agotador y muchos sacrificios, construyó sobre este solar el actual edificio de planta baja y dos pisos para albergar el taller y la vivienda para la familia.

Finalizadas las obras de la planta baja, al principio de la década de 1950, se trasladó allí el taller. Años más tarde la familia también se iría a vivir allí.

El taller ocupaba toda la planta baja. El primer piso se dividía entre el salón, donde se pulimentaban y terminaban los muebles, y la vivienda familiar. Y el segundo piso se dedicó por completo a exposición de muebles.

Allí se exhibían los muebles terminados para que los clientes los pudieran ver y comprar. Solo se vendían los muebles que fabricaba Antonio porque se negaba en rotundo a vender muebles de otra procedencia. Según decía, respondía por los fabricados por él, pero no por otros. Era perfeccionista en su trabajo, un auténtico artesano y muy inteligente.

Asimismo, se esforzaba de forma incansable en su relación con los clientes. Muchos años después se constató que segundas generaciones de clientes de Antonio, volvían a comprar a Muebles Vallés porque recordaban, tanto la calidad de los muebles adquiridos como el trato que les prestó.

Pasaron los años y en 1967, Antonio, que tenía gran visión de futuro, vislumbró que el turismo sería muy importante en la zona en las siguientes décadas. Por ello facilitó que su hijo Vicente fuera a Inglaterra para aprender inglés, y años más tarde hizo lo propio con su hija Rosa, que viajó a Francia para aprender francés. Antonio entendía que, con el manejo de idiomas, sus hijos podrían atender mejor a clientes extranjeros que llegaran en el futuro a la zona, como así acabó ocurriendo.

Pero sus hijos, Vicente y Rosa, se enfrentaron a una ardua tarea, la de convencer a su padre de que, además de los muebles que él fabricara, estaría bien comercializar con otro tipo de mobiliario, ya que cada modelo tenía su público y la mayoría de comercios del ramo situados en la zona ya lo estaban haciendo. Costó mucho convencerlo pero al final los hijos fueron comprando y vendiendo y haciéndose cargo del nuevo negocio mientras él quedaba al frente del taller, diseñando los muebles que le pedían por encargo. Por ello también tuvieron que persuadirle de trasladar el taller a la parte posterior del edificio y dedicar el espacio de la calle principal al nuevo negocio de muebles. La nueva tienda, que costó mucho esfuerzo e inversión, se inauguró el 24 de marzo de 1969.

Fue a finales de la década de 1960 cuando el Ayuntamiento de Teulada urbanizó la actual avenida del Mediterráneo con el consiguiente revuelo que ello provocó entre los comerciantes del centro del municipio, que veían en esta acción una amenaza para sus negocios y empresas, dado que los coches ya no accederían hasta allí. Los hijos animaron entonces a Antonio a comprar un solar en este nuevo e importante vial con el fin de construir una gran tienda que dispusiera de mucho espacio para exponer los muebles. Estaban convencidos de que venían nuevos tiempos y ésta era una buena ubicación, pues sería difícil que, en el futuro, los clientes se desplazaran hasta el interior del municipio.

Por fin lo convencieron y en el mes de mayo de 1974 compró el solar donde en la actualidad se ubica el edificio de Muebles Vallés S.L. Tristemente, el 11 de julio de ese mismo año, Antonio fallecía en un accidente de tráfico a los 63 años. No pudo ver hecho realidad el proyecto familiar de la nueva y espaciosa tienda de muebles.

Sus hijos Vicente y Rosa, ya casados con Amparo y Paco respectivamente, comenzaron a proyectar la nueva tienda, que fue inaugurada el 23 de marzo de 1979. En el solar de más de 800m2 se construyó el edificio de planta baja y 3 alturas, siendo el primer inmueble de la avenida del Mediterráneo en edificarse en la parte que da al antiguo núcleo urbano. Desde entonces ha estado abierta al público de forma ininterrumpida y ha atendido a clientes venidos de todas las partes del mundo para comprar los muebles de sus viviendas.

Vicente y Rosa, junto a sus cónyuges, la segunda generación al frente de Muebles Vallés, se jubilaron y la empresa pasó a manos de Amparo Vallés Pérez, hija de Vicente y Amparo, y en la actualidad gerente y alma mater de Muebles Vallés.